5 consejos para integrar el arte en la decoración del hogar

Sin duda el arte y la decoración van de la mano en su intención de crear interiores únicos. Apostar por integrar obras de escultura, pintura o fotografía es un must en las casas que buscan derrochar estilo y personalidad, aunque existen algunos consejos básicos para que estas puedan introducirse en las estancias respetando la armonía y el estilo escogido. 

Cuando algo hace “click”

Al elegir una obra de arte, no se hace únicamente por el tamaño o color de la obra, sino que esta elección va mucho más allá de aquello meramente estético. Al seleccionar la pieza, es importante que esta “resuene” en la persona al contemplarla. Ese “algo” especial que crea una conexión entre la obra y su dueño, que hace que este la escoja por encima de cualquier otra.

Aunque esta elección es algo muy emocional, es cierto que entre una obra y otra debe haber cierta concordancia en cuanto a estilo. ¿Quieres saber más? A continuación te damos algunos consejos para que el arte se integre en la decoración del hogar y viceversa.

El arte funciona por sí solo. Desmitificando el dicho de que “el arte debe integrarse en la decoración”, se dice que el arte funciona por sí mismo y se adquiere por razones que van más allá del estilo decorativo. Pero sí que hay algunas reglas no escritas para crear un ambiente equilibrado en casa y que estas obras no desentonen con el resto.

Un tamaño adecuado. Lo importante no es que el tamaño de la obra sea inmenso, sino que es preferible centrarse en un formato mediano ya que será mucho más fácil de adaptarlo a nuestros muebles o distribución en general. Una obra de gran formato está pensada para casas muy amplias y/o vacías de muebles y, sobre todo, con poca información en las paredes. Además, las obras de menor tamaño son perfectas para combinarlas con otras y hacer una composición de lo más interesante.

Colores en armonía. Lejos de comprar una obra solo porque tiene los mismos colores que la alfombra o los cojines, el gran acierto es buscar esta “comunicación” entre el arte y la decoración sin que parezca que el arte se ha seleccionado simplemente por estar a juego con el resto de elementos. Debemos buscar piezas que atraigan por su belleza y que se integren cromáticamente con el conjunto, pero no que compartan tonalidades exactas.

Fotografía y escultura, dos realidades distintas. La fotografía es de las piezas más complicadas de encajar por su gran realismo, y no sirven para cualquier espacio ni estilo decorativo. Son perfectas para interiores neutros y relajados donde no haya mucha información visual. Por su parte, la escultura siempre es un acierto y mucho más sencilla de trabajar, pudiendo partir de una integración por volúmenes o formas con el resto de la decoración.

Coleccionismo o belleza. Adquirir una pieza de arte puede hacerse según varios criterios y objetivos, que afectarán de un modo u otro a la elección de la obra. Mientras que la elección de algunas personas está motivada únicamente por la belleza de la pieza, para otras lo que realmente les mueve es completar su colección de artistas desde un punto de vista de coleccionista. Todas las opciones son válidas, aunque en nuestra opinión una obra siempre debe removernos algo por dentro a nivel emocional.

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